Travesuras

Author: Piranha / Etiquetas: , , , , , , , ,


Caminando íbamos por el parque, bosque como ellos lo hacen llamar (yo más bien diría que es un parque boscoso), tú ibas enojada, y bien sé que cuando el coraje te invade es bueno llevarte ante lugares con árboles pues ellos te absorben toda esa negatividad, además ya me lo habías pedido.

Caminamos un rato sin rumbo fijo, simplemente por el simple hecho de caminar, poco a poco tu enojo se fue disminuyendo hasta llegar al punto en que te olvidaste de él, pues tu mente ya se había distraido con las tonterías que descubrimos al subir a esa pequeña torre de vigilancia, toda rayoneada con mensajitos de amor de años pasados.

No pasó mucho para que ese mal humor dejara de dar lata y en su lugar un ya conocido morbo en nosotras dos se hiciera presente. Un beso y otro más, el contacto físico entre tú y yo lograba convertir nuestros tranquilos besos en algo un poco más subido de tono, eso siempre y cuando no pasara alguien trotando por el lugar, que a pesar de ignorar nuestra presencia, con el simple ruido de su rítmico andar nos hacía separar nuestros labios y voltear a ver qué o quíén pasaba.

Ya con la idea de hacer "cositas" metida en la mente (cosa que derivó por un comentario acerca del cómo hubiera sido bueno que estuviera construida aquella torre para facilitarnos nuestras perversiones), seguimos caminando hablando de temas que involucraban fantasías en nuestra casa de ensueño. Mi mente, ya más encarrerada que otra cosa, se puso a trabajar al doble logrando colorearme la cara con un rojo tomate que era más que evidente y que a la vez, evidenciaba mis mórbidos pensamientos, tú tan sólo reías buscando la manera de ver mi rostro mientras yo lo intentaba ocultar entre tu pecho.

Más tardamos en salir de aquella torre para cuando ya estábamos de nuevo junto a ella, pero esta vez la pasamos por alto y continuamos el recorrido hasta llegar al lugar que se convertiría en nuestro paraiso de perdición. Ambas teníamos las manos enmugrecidas por andar de curiosas entre los árboles y la maleza, te dije que si pasábamos al baño para lavarnos las manos y ya dentro, viendo la soledad que reinaba aquellos sanitarios (y además, que estaban limpios), me arrastraste al interior de uno sin que yo opusiera resistencia, pues de alguna manera tu cuerpo y el mío ya se habían puesto de acuerdo.

Apenas hube cerrado la puerta y nuestras bocas se unieron en un explosivo, apasionado y delicioso beso; casi de inmediato nuestra respiración aceleró el paso haciéndose acompañar de tus manos, que cobraron vida para terminar undidas debajo de mi ropa interior, palpando la humedad que había nacido debido a mis pensamientos de hacía unos instantes.

No te detuve, por el contrario, te facilité las cosas moviendo mis prendas a un lugar donde no estorbaran; me dejé hacer por tí, por tus manos que ya conocen bien el camino que me lleva a temblar entre tus brazos. La expresión en tu rostro era simplemente maravillosa, perversión, lujuria y deleite brotaban de tus ojos y tu sonrisa se acentuaba más a cada ruido suspiro que me arrancabas gracias al trabajo de tus dedos, hábiles y certeros. Ahogados gemidos morían entre mi garganta y tu cuello, evitando llamar la atención de los demás, aunque poco me importaba que estuviéramos en un baño público dejándonos llevar por nuestros deseos, pero evidentemente nos era imposible no quedarnos quietas cada que alguien pasaba cerca de la puerta y reírnos al sentir que "el peligro" pasaba.

Mi interior cada vez más sensible, tus mános cada vez más precisas, un escalofrío a lo largo de mi espalda, contracciones involuntarias, una sonrisa de placer y al fin aquella tempestad se volvía calma, una caudalosa calma. Nuevamente tus labios los míos se buscaron y se besaron de la misma manera que antes, pero ahora eran mis manos las que buscaban refugio entre tus piernas. Me dispusiste todo para poderme mover con libertad y "manos a la obra", ella también exigía atención.

Mis dedos se movían, palpando cada punto sensible en tu interior, con suavidad y fuerza a la vez, estimulando justo ahí donde logro que tus sonidos delaten tu gozo. Tu cuerpo se movía logrando frotarse con el mío, que ardía cada vez que un rebelde gemido lograba colarse entre la barrera de tus dientes y tus labios.....música para mis oidos. Seguíamos riendo por nuestra vagancia, y entre risas y suspiros tu vientre se colapsó, mi mano se inundo entre tus muslos y tu cuerpo vibró abrazado al mío.

Tu pecho latía a la par con el mío, pegados el uno con el otro, agitados y cálidos. Tus ojos sobre los míos y los míos perdidos en los tuyos, riendo de maldad y de placer como un par de niñas después de haber hecho una travesura. Retiré mi mano y volvimos a besarnos, intentando recuperar el ritmo cardiaco, volvió la ropa movida a su lugar y serciorándonos de nuestra soledad en aquellos baños salimos, lavamos la evidencia de las manos y salimos como si nada, con la única diferencia de que ahora llevabamos una pícara sonrisa de oreja a oreja y reíamos como tontas, recordando lo recién ocurrido y deseando volver a repetir....pronto.

1 comentarios:

Veratz dijo...

Me ha encantado la forma en como lo narras... vaya que tienes talento en eso niña.. hay que sumarle como la amas hace que te inspires en escribir. felicidades... besos...